Necrófago

Sexo | Masculino |
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Color de Ojos | Amarillo |
Altura | 2,00 m |
Peso | 93 kg |
Grupo Sanguíneo | O- |
Mano Dominante | Derecha |
Afiliación | |
Ocupaciones |
Maestro de Los Oscuros
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Apodo en Los Oscuros | Necrófago |
Categoría Nen | Especialización |
PAA | 162 990 |
En | 100 m |
Estado | Revivido |
Debut | Capítulo 9 |
Apariencia
Personalidad
Historia
Infancia
En las profundidades de una antigua reserva boscosa, al suroeste del reino de Kukan'yu, existía una comunidad cerrada y opulenta, una secta compuesta por aristócratas devotos al culto de la longevidad. Allí, bajo la tutela de un líder carismático y brutal, un usuario Nen que se proclamaba El Santo de los Milagros, se practicaban rituales anuales con un oscuro propósito: sacrificar a un recién nacido para alimentar a una bestia Nen invocada por el propio líder. A cambio, la criatura concedía favores y prolongaba la vida de los creyentes.
Cuando llegó el turno del tercer hijo de una familia fervorosamente devota, el infante fue colocado sobre un altar de piedra. El líder le abrió el pecho y ofreció su corazón a la bestia. Pero ese día, algo rompió el ciclo. Al devorar el corazón, la bestia chilló. Un aura espesa, negra y vibrante emergió del cuerpo inerte del niño. La criatura se desvaneció entre espasmos, desintegrándose frente a los fieles aterrados. El líder, temeroso de perder su poder, reinterpretó el evento como una señal divina: el niño no era un sacrificio, sino la nueva encarnación de la bestia. Desde entonces, fue adorado como un ser sagrado.
Niñez
Criado en soledad, alimentado con carne cruda de animales y humanos, y encerrado en una celda ceremonial, el niño creció con una apariencia grotesca: piel pálida, ojos inyectados en sangre y cabello largo y encrespado. No sabía hablar. Caminaba encorvado, más bestia que humano. No conocía la compasión ni el amor, solo el hambre ritual y los cánticos de adoración.
Un día, un peregrino errante llegó a la aldea. Se hacía llamar Zarith el Silente y buscaba la iluminación a través del conocimiento del aura. Su curiosidad lo llevó a convivir con la secta durante una semana, observando en silencio sus rituales. En su última noche, Zarith desenvainó su espada sagrada y aniquiló a todos los fieles. Cuando llegó al templo y alzó su arma sobre la criatura, esta se arrodilló. No emitió sonido alguno, solo alzó el cuello, resignada. Zarith, conmovido, discernió la verdad: aquella bestia era un niño maldito, moldeado por la superstición. Lo envolvió en su capa, le dio un nuevo nombre, Necrófago, y se lo llevó a su refugio entre las montañas.
En su nueva vida, Necrófago fue instruido en el habla, la lectura, la escritura y el Nen, junto a Obelisco, Leviatán, Alicanto y Deshuesador, otros huérfanos adoptados por Zarith. Cada uno de sus nombres era simbólico, cuyo significado evocaba su pasado: “El que se alimentó de la muerte”. Entre todos, Obelisco fue su hermano en espíritu. Compartían entrenamientos, pesadillas y sueños.
Adolescencia
Necrófago desarrolló una pasión por la botánica, cultivando plantas medicinales hasta que descubrió unas especies mágicas con raíces vivas llamadas Mandrágoras. Fascinado por ellas, decidió crear una habilidad aún más perturbadora que consistía en convertir a sus enemigos en semillas y luego devorarlas o plantarlas como nuevas mandrágoras.
Adultez
Zarith preparó sobremanera a sus hijos adoptivos en el arte del Nen, encomendándoles misiones altamente peligrosas alrededor de todo el mundo, lugares donde Necrófago jamás se encontró a gusto.
Llegó un día en que Zarith los reunió y les solicitó su apoyo para unirse a él en una causa que, según decía, les permitiría obtener un poder superior. Entregó a cada uno un libro antiguo, escrito a mano por un demonio, y los adoctrinó para que depositaran su fe ciega en aquel nuevo credo. Luego los condujo a una isla lejana, donde fueron recibidos por un culto sectario. Al principio, esto desagradó a Necrófago debido a sus malas experiencias, pero Zarith logró convencerlo, junto con Obelisco.
El Sumo Sacerdote del culto de Los Oscuros bautizó en sangre a Zarith y le cambió el nombre por Búho Negro, mientras que mantuvo los alias de sus hijos adoptivos y los constituyó como Maestros.
Necrófago comenzó a dejar atrás su lado antisocial y se dio el tiempo de recibir discípulos a quienes enseñar. Con el tiempo, empezó a apreciarlos.
Un fatídico día llegó a sus oídos la noticia del asesinato de su gran amigo y hermano, Obelisco, a manos de un tal Rick, quien ocuparía su lugar. Tras discutirlo largamente con Búho Negro y expresar su deseo de matar a Rick, este le respondió que, por órdenes del Sumo Sacerdote, debía aceptarlo como Maestro. Tras esto y el juramento de no agresión entre los miembros, Necrófago no solo intensificó su odio hacia Rick, sino que también desarrolló un fuerte descontento hacia la figura del líder de Los Oscuros.

Equipamiento
- Hoz de Sentencia Oscura

Cualidades Físicas-Psíquicas
Habilidades Hatsu

Curiosidades
- Tras haber consumido carne cruda durante muchos años, ahora su dieta es únicamente vegetal, por lo que es vegano.