Fredrika

Nombre | Fredrika |
---|---|
Sexo | Femenino |
Edad | 35 Años |
Fecha de Nacimiento | 3 de Abril |
Color de Cabello | Rubio |
Color de Ojos | Celeste |
Altura | 1,80 m |
Peso | 63 kg |
Afiliación | Vástagos de la Muerte |
Ocupaciones |
Asesina a Sueldo
Miembro de los Vástagos de la Muerte
|
Categoría Nen | Transmutación |
Color del Aura | Verde Oscuro |
PAA | 67 900 |
En | 25 m |
Estado | Viva |
Debut | Capítulo 40 |
Apariencia
Personalidad
Historia
Infancia
Fredrika nació en una isla cercana al continente Yoton, en una tribu ancestral conocida como Inara, cuyo nombre rinde homenaje a una deidad protectora del agua. Era hija de un matrimonio de chamanes, ya que, en su tribu, tanto hombres como mujeres disfrutaban de los mismos derechos. Junto a sus padres y hermanos, vivía en una aldea aislada de la civilización y del mundo exterior.
La tribu, compuesta por no más de cien personas, estaba gobernada por un consejo de siete ancianos y ancianas, quienes tomaban las decisiones y establecían las normas. Una de las reglas principales era evitar cualquier tipo de contacto con extranjeros.
Las personas subsistían gracias a la pesca, la ganadería, el cultivo, la recolección y la caza, siempre manteniendo un profundo respeto por la naturaleza.
Cada niño nacido en la tribu portaba una marca en el rostro, símbolo de su espíritu protector. Desde temprana edad, eran instruidos en el arte del Nen, lo que contribuía a una esperanza de vida notablemente alta entre ellos.
La vida en esa civilización era pacífica, ya que los habitantes de Yoton habían forjado un tratado con ellos, mediante el cual les brindaban protección a cambio de chamanes que dominaban un arte ancestral: el Nen.
Niñez
La chica creció en este entorno y destacó como una cazadora experta. A diferencia de los demás, desarrolló una técnica propia en la que utilizaba señuelos para atrapar a su presa en trampas cuidadosamente elaboradas, evitando así ensuciarse las manos.
Sus conocimientos sobre flora y fauna eran excepcionales, a pesar de no ser letrada, y poseía una comprensión profunda del clima, siendo capaz de predecir lluvias y tormentas con solo observar las nubes.
Por mucho tiempo, se dedicó a diseccionar animales para estudiar sus órganos, lo que le permitió crear papiros escritos en un código que ella misma ideó, ya que la tribu carecía de un sistema de escritura o numeración.
Adolescencia
Durante su vida en la isla, se sintió fascinada por una especie de insecto diminuto que criaba parásitos en su estómago. Cuando el insecto se veía acorralado, estallaba, esparciendo sus restos y liberando los parásitos, que se adherían a su depredador. Estos, al crecer dentro del huésped y esparcirse por su cuerpo, terminaban estallando y matando al animal. Al descubrir este proceso, comprendió la causa de muchas muertes en la aldea, ya que varias personas enfermaron del estómago, sintiendo como si sus tripas estuvieran a punto de estallar. Con este conocimiento, la joven no solo tomó medidas para erradicar al insecto, sino que también comenzó a orientar su habilidad para crear algo similar utilizando el Nen.
En una temporada de invierno, comenzaron a ocurrir desapariciones extrañas en la aldea. Personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos, se esfumaban sin dejar rastro. Determinada a resolver el enigma, Fredrika emprendió una investigación y pronto se encontró con una bestia que acechaba en las sombras. Esta criatura, que operaba en la oscuridad de la noche, secuestraba al azar a sus víctimas después de emitir un aliento narcótico que las adormecía.
Una noche, al seguir a la criatura, descubrió que se ocultaba en una extraña cueva. Usando su Zetsu avanzado, logró infiltrarse y presenciar un macabro ritual llevado a cabo por los chamanes del consejo de ancianos. Ataban a las víctimas secuestradas y las ofrecían a un ser horrendo que las reclamaba como ofrenda. Enfurecida, la joven regresó al pueblo y expuso lo que había presenciado, pero nadie creyó que los sabios, quienes habían cuidado de la aldea durante tanto tiempo, estuvieran sacrificando a los suyos. Fredrika se ofreció a llevarlos hasta la cueva, pero al llegar al lugar, solo encontró árboles, lo que la llevó a ser apresada bajo acusaciones de calumnias.
Como castigo por haber ofendido a los ancianos, estos sometieron a sus padres y hermanos a un cruel sacrificio en una oscura noche. La llevaron hasta la cueva oculta y entregaron a su familia como alimento para ese ser horrendo, todo ante sus ojos. Fredrika, consumida por la furia y sin poder hacer nada en ese momento, comenzó a esparcir su Hatsu en silencio durante días, hasta que este se fue extendiendo por todo el pueblo. Cuando llegó el día de la ceremonia de la cosecha, empezó a hacer estallar a los habitantes uno a uno, desatando un caos inmenso. Dejó para el final a los ancianos, a quienes solo les reventó los ojos antes de darle de comer a sus familias a la misma bestia. Posteriormente, inmoló a la criatura, reduciéndola a cenizas.
Durante una incursión, Einar y sus guerreros descubrieron la aldea desolada, con todos sus habitantes muertos y los ancianos principales ciegos y completamente enloquecidos. Fredrika fue hallada al borde de la muerte por inanición y deshidratación. Sin un propósito, rogó para que la mataran, pero Einar le pidió que le contara todo lo sucedido. Ella, sin reservas, le relató toda la historia. Tras escucharla, el líder vikingo no dudó en degollar a los ancianos restantes y le ofreció unirse a su banda de mercenarios. Fredrika aceptó, ya que no tenía otro lugar al que pertenecer.
La isla fue abandonada y jamás se supo de ella.

Cualidades Físicas-Psíquicas
Habilidades Hatsu
