Janet Ravensgar

Janet Hamilton nació en el reino de Demacia, ubicado en la península al norte del continente Yorbian. Es la hija menor del rey Alaric Hamilton y tiene una hermana que es cinco años mayor. Se podría decir que tuvo una infancia perfecta, ya que creció con todas las comodidades y nunca le faltó nada, gracias al esmero de su padre por brindarle todo lo que ella quería. Desde pequeña, le inculcaron la idea de que algún día se debía casar con una persona importante y adinerada para mantener las riquezas y la prosperidad de la familia. Con este fin, recibió clases de etiqueta, postura, modales, moda, lectura, escritura, gramática, historia, idiomas y política.

A los 15 años, conoció a un muchacho de su misma edad. Se enamoraron y decidieron mantener su relación en secreto por temor a la reacción de su padre. Sin embargo, su felicidad no duró mucho. Un día, sin saber cómo, su padre descubrió la relación, le prohibió volver a salir y ordenó que hicieran desaparecer al joven. Esto creó un fuerte resentimiento en ella hacia su padre.

Cuando cumplió los 18 años, su padre le presentó al rey Arthur Ravensgar y le comunicó que había solicitado su mano, a lo cual él accedió. En un momento de impotencia, salió corriendo y llorando tras reprocharle cómo podía haber tomado una decisión tan importante sin darle la oportunidad de elegir con quién casarse. Arthur la siguió hasta encontrarla en el jardín real. A pesar de sus súplicas para que la dejara sola, él se quedó y se sentó a su lado. Pasaron un rato en silencio, pero eventualmente comenzaron a hablar, compartiendo vivencias y riéndose de bromas e historias graciosas. Al final de la noche, ninguno de los dos quería despedirse, por lo que ella decidió darle una oportunidad para conocerlo mejor. A medida que pasaba el tiempo, intercambiaban cartas y las visitas se volvían cada vez más frecuentes. Ella terminó enamorándose perdidamente y, de inmediato, empezaron a hacer los preparativos para la boda. Unas semanas después, se casaron en la iglesia de Hillford. Janet adoptó el apellido de su esposo y se mudó al palacio real del reino de High Gardens.

Dos años después, dio a luz a su hijo, al que llamaron Michael. La primera vez que lo sostuvo en sus brazos, una felicidad y amor intensos recorrieron todo su ser, convirtiéndose en el día más feliz de su vida. Ante la ausencia frecuente de Arthur, ella asumió los roles de madre y padre. A lo largo de los años, siempre apoyó y motivó a su hijo para que persiguiera sus sueños. Aunque le costó mucho trabajo dejarlo ir cuando decidió unirse a la Academia de Caballería, sabía que era lo correcto y lo alentó a seguir su propio camino.

Unas semanas más tarde, su hermana la llamó para informarle sobre la muerte de su padre. A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, la noticia resultó devastadora y regresó a su hogar para asistir al funeral. Antes de partir, presenció la ceremonia de coronación de su hermana, quien a partir de ese momento se convirtió en la nueva reina de Demacia.

Al enterarse de la muerte del mejor amigo de su hijo, se llenó de tristeza y anhelaba estar a su lado para abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien. Cuando Michael regresó al palacio, notó que ya no era el mismo chico dulce y alegre de siempre. Después que terminó su entrenamiento Nen, le suplicó que no se fuera de nuevo y le advirtió que la venganza no era la solución. Sin embargo, no la escuchó y decidió marcharse.