Matthew Miller

Matthew nació en una ciudad de Gorteau del Oeste ubicada en la Unión Mitene. Esta es conocida por ser una de las ciudades más inseguras del mundo debido a su alto nivel de actividad delictiva, donde el desorden y el caos predominaba. El simple hecho de salir a la calle supone un gran peligro, ya que los diferentes grupos de narcotráfico vivían en guerra por el control de la ciudad. El único futuro que tienes es volverte un criminal, por lo que su papá era un ladrón y su mamá una carterista. Miller no tuvo más opción que unirse a una banda de criminales conocida como los King Cobra cuando solo tenía 8 años. Como iniciación y para mostrar que pertenecía al grupo, estos le quemaron con un metal caliente con forma de serpiente todo el brazo izquierdo.

A lo largo de su niñez y adolescencia, realizó junto a estos numerosos robos, asesinatos, asaltos, secuestros y torturas ganando gran reputación y estima por parte del líder. A los 21 años le dieron la opción de unirse al grupo especial, donde le enseñarían Nen para que pudiera realizar trabajos más importantes y peligrosos por los que le pagarían mucho más. Matthew sin pensarlo dos veces aceptó, ya que todo ese tiempo había estado guardando dinero para poder escapar de aquel infierno y al dominar el Nen, su libertad estaba garantizada. A los 23, luego de perfeccionar sus habilidades mató a todos los integrantes de la banda y se trasladó a la ciudad de Yorknew cubriendo su brazo con un vendaje blanco para ocultar su pasado. Allí intentó rehacer su vida en los siguientes cuatro años trabajando en diferentes cosas, pero lo único que conocía era el mundo de la delincuencia.

A la edad de 27, mientras intentaba robar un almacén de la mafia conoció a Takeshi Katsumoto, quien estaba allí con el mismo objetivo. Entablaron un combate muy intenso, el cual quedó inconcluso porque fueron detectados por la mafia. Después de escapar, Takeshi le dijo que dejara de desperdiciar su potencial y se uniera al Gen’ei Ryodan. Miller aceptó por el simple hecho de que seguramente ese grupo iba a tener muchas otras personas poderosas, como Katsumoto, y quería seguir sintiendo esa sensación de emoción que le trajo el combate y que ya hacía mucho tiempo no experimentaba. Una vez se unió, su motivación se expandió al simpatizar con los ideales de su nuevo líder.