Alonso I de Borgoña

Infancia

Su alteza real, Alonso I de Borgoña, nació en el Palacio de la Chorrera, la residencia de verano de la familia real, ubicada cerca de Liones, capital de la provincia Valles del Rey y del reino de Gerona.

Desde muy pequeño, su abuelo, el rey Navarro VI, y su padre, el príncipe emérito Navarro VII, lo inculcaron a asistir a las celebraciones anuales de paz de los reinos de la región. Fue en una de estas celebraciones, específicamente en el reino de High Gardens, donde conoció a su futuro mejor amigo, Michael Ravensgar.

Niñez

Durante su niñez, Alonso pasó sus días soñando con vivir aventuras, ya fuera como almirante de los mares o descubridor de civilizaciones antiguas, como lo haría cualquier niño con una gran imaginación. Además, recibió una educación diversa que abarcó economía, geografía, historia, equitación, tiro con armas de fuego, esgrima, política interna e internacional, filosofía, idiomas, bellas artes y mucho más.

Adolescencia

Por tradición de la familia real, el primogénito de cada dos generaciones de príncipes debe aprender Nen. Por lo tanto, a los 15 años comenzó a estudiarlo bajo la tutela de un cazador experimentado y antiguo zodiaco, contratado por su abuelo.

Juventud

A los 18 años dominó los principios básicos y avanzados del Nen a la perfección y, un año después, concluyó la creación de sus propias habilidades, además de perfeccionar todas sus destrezas físicas y marciales.

Pocos días después de finalizar su entrenamiento, se presentó al examen de cazador, el cual superó sin dificultades, obteniendo así su licencia.

Unos meses más tarde, decidió conocer el mundo y vivir nuevas aventuras, a pesar de la oposición de su padre, quien le recordaba constantemente que era el príncipe heredero al trono y que ello conllevaba grandes responsabilidades. Sin embargo, el rey le otorgó su permiso con la condición de que abdicara temporalmente su derecho al trono en favor de su hermano menor, Felipe III. Dicha abdicación sería provisional, pero si Felipe alcanzaba la mayoría de edad, sería coronado y Alonso perdería definitivamente su derecho a la corona. Tras aceptar estos términos, abandonó Gerona.

Durante sus aventuras, viajó por casi todos los continentes. En particular, en Yorbian, conoció a Rick Sinss en el Parque Central de Yorknew mientras estaba de paso por la ciudad. Él estaba sentado en un banco alimentando a las palomas y parecía algo triste y enfadado. Al percibir su ira a través del aura, Alonso, preocupado, se acercó e inició una conversación con él, logrando animarlo y hacerlo reír. Esa noche, Rick lo invitó a su mansión, donde le presentó a su esposa, Dakota, con quien estableció una excelente amistad, así como a su hijo Damián y al pequeño Dante, de apenas un año. Tras pasar una semana juntos, continuó su viaje, pero mantuvo el contacto con su nuevo amigo.

Posteriormente, conoció y entabló una buena amistad con Yoru Kurayami, un chico alegre y carismático que le brindó alojamiento en la casa de una conocida mientras visitaba la ciudad Meteoro.

En ese tiempo, comenzó a desempeñar sus funciones como Cazador de Listas Negras. Durante una de sus misiones, se reencontró, después de mucho tiempo, con Michael Ravensgar. Juntos enfrentaron y derrotaron a un peligroso criminal al que ambos, por coincidencia, estaban persiguiendo. Aquel criminal no era otro que un miembro de la temida banda terrorista Gen’ei Ryodan, razón por la cual la Asociación de Cazadores condecoró a Alonso con una estrella.

Al cumplir 21 años, decidió dejar una huella trascendental en el mundo fundando una asociación privada de cazadores junto a su amigo Rick Sinss, el Cazador Arqueológico Frédéric Shaw, reconocido tanto por su prestigio en la Asociación de Cazadores como por su noble procedencia, y Sergio Villanueva, un Cazador de Listas Negras con quien había compartido varias misiones. Por concenso entre los cuatro, Alonso asumió el cargo de presidente.

Durante el primer año de formación y construcción de las bases de la asociación, Alonso estableció el Consejo de Lunas, la estructura jerárquica y organizativa del personal civil y de cazadores, entre muchas otras iniciativas. A finales de ese año, también impulsó la aprobación de una ley que prohibía la aceptación de cualquier tipo de contrato turbio que pudiera manchar la imagen de un cazador, como asesinatos, sicariato, entre otros.

En su segundo año de mandato, cuenta con el respaldo de todo su personal gracias a su excelente desempeño, sus acertadas decisiones administrativas y el arduo trabajo que dedica a la asociación, lo que ha generado resultados positivos.