Navarro VII de Borgoña

Navarro VII nació en el palacio de la Chorrera. Es el segundo hijo del rey Navarro VI y heredero al trono tras la muerte prematura de su hermano mayor dos años antes. De niño, siempre fue muy obediente, inteligente y demasiado tranquilo. Al siempre estar feliz y sonriente, era muy querido por todos los cortesanos, sirvientes y sus propios padres. No obstante, a medida que crecía se le notaba una conducta no propia de un heredero al trono. Demostraba ser compasivo, servicial, insensato, caritativo y bondadoso en exceso con todos por igual. Esto provocó una reducción considerable en las arcas del tesoro y mucho oportunismo por parte de algunos nobles y plebeyos aprovechados del palacio.

El rey, pensando en lo mejor para el reino y con la esperanza de que su hijo cambiara, decidió a sus 24 años desposarlo con la duquesa de Aguas Claras, ciudad más importante de la provincia de Tierra Mediana al centro del reino. Ambos fueron muy felices, aunque para infortunio del rey Navarro VI, su forma de ser no cambió. Años más tarde, dio a luz a dos maravillosos hijos, lo cual fue una bendición para la familia. Afortunadamente para el reino, era consciente de sus debilidades, por lo que al tener a su primogénito Alonso I abdicó el derecho a la sucesión del trono y se mantuvo al margen en asuntos políticos y administrativos con la aprobación de su padre. Ambos se encargaron que Alonso y Felipe recibieran la más excelente preparación e instrucción para gobernar. 

Al Alonso cumplir sus 19, quiso abandonar Gerona para dedicarse a conocer el mundo. Por primera vez en su vida, Navarro VII con firmeza y fuerza se negó rotundamente. No obstante, el rey lo desautorizó en favor de dejar temporalmente el cargo de heredero a su nieto menor Felipe III. Luego de su hijo marcharse, continuó siendo el espíritu de alegría de la familia hasta que la salud de su padre empeoró. Ayuda a su madre a gobernar mientras el rey se recupera de su enfermedad.