Alexander Guggenheim

Infancia

Alexander Guggenheim nació en la ciudad de Yorknew, en el seno de una familia de clase media alta.

Niñez

Desde muy pequeño, demostró ser una persona sociable, amigable y con un gran talento para las bellas artes. Pasaba horas tocando el piano, pintando, escribiendo poemas, esculpiendo figuras, bailando con sus sirvientas o diseñando planos de casas y castillos de fantasía.

Adolescencia

A los 12 años, sus padres, al notar su talento, lo inscribieron en una prestigiosa academia artística ampliamente reconocida en el hemisferio sur. En dicha academia, cursó cuatro bellas artes que le apasionaban.

Juventud

A los 18 años, se graduó en dirección orquestal, pintura profesional, diseño y escritura. Posteriormente, continuó su formación de manera autodidacta en filosofía y filantropía, mientras asistía a la Universidad de Yorknew, graduándose con honores en ambas disciplinas a los 22.

En ese momento, empezó a trabajar en cuatro empleos a la vez, sin tiempo libre para socializar más allá del trabajo, ni siquiera los fines de semana. Estos trabajos incluyeron ser director de la Orquesta Filarmónica de la ciudad, diseñador naval en el puerto, donde creaba planos para astilleros, profesor de pintura en una academia infantil y asesor filantrópico de una organización gubernamental. A pesar de las constantes y agotadoras cargas de sus trabajos, ejercer sus profesiones lo hacía feliz.

Todo cambió cuando tenía 23 años. Un antiguo y poderoso alcalde de la ciudad estaba bajo investigación por complicidad, extorsión y fraudes económicos y electorales. Las autoridades lo estaban persiguiendo, aunque aún no tenían pruebas contundentes. Este individuo, que poseía una gran influencia y poder, decidió plantar pruebas incriminatorias contra un exfuncionario de su administración, que resultó ser el padre de Alexander. Después de ser descubiertos, él y su esposa fueron enjuiciados y condenados injustamente a prisión perpetua por causas sospechosas, pero no concluyentes. Por otro lado, el exalcalde aprovechó la oportunidad para huir. Esta situación destruyó a Alexander, quien siempre había creído en la justicia como una de las virtudes humanas más importantes. Dejó sus trabajos y se dedicó en cuerpo y alma a encontrar una forma de demostrar su inocencia, pero nunca la halló.

La ira, el dolor y el resentimiento lo fueron consumiendo a medida que pasaban los meses, despertando en él un poder progresivo, hasta el punto de abrir sus poros de aura de manera natural. Sin entender completamente lo que le estaba ocurriendo y con un control del Ten bastante imperfecto, buscó ayuda hasta encontrar a un maestro Nen.

Adultez

A los 25 años, se sometió al examen de cazador, obteniendo así su licencia y autodenominándose Cazador de Justicia.

Tras esto, comenzó a idear un plan para crear un grupo que luchara contra las injusticias sociales, utilizando la filantropía para hacer del mundo un lugar mejor. Sin embargo, estaba dispuesto a recurrir al robo y al asesinato si fuera necesario para ayudar a los necesitados. Decidió identificar a los miembros con números y así empezó la búsqueda de personas para su proyecto.

El primer recluta fue un niño de 14 años que encontró en la capital de Hutidia, llamado Mark Nishimura. Lo acogió como su pupilo y le enseñó Nen durante dos años. Con el tiempo, llegó a quererlo como si fuera su propio hijo.

Al cumplir los 27 años, viajó junto a Mark a la Federación Vengarian en busca de más miembros, pero consideró que fue un fracaso, ya que solo logró rescatar a un niño de 13 años de un ataque de lobos. Después de escuchar la historia del niño, le abrió sus poros para brindarle al menos una vida menos cruel y triste. También le informó que, si alguna vez quisiera unirse a un grupo que luchara contra las injusticias en el mundo, debía dirigirse a una dirección en una fecha específica que ya había establecido para la primera reunión de la Araña.

El tiempo pasó y sus viajes por los continentes dieron sus frutos, logrando reclutar, al final de sus 29 años, a tres personas: Owen, Allison y Kaitlyn, tal como había previsto.

Una noche, y sin esperarlo, el último miembro que necesitaba apareció: Takeshi, el niño que había rescatado en Vengarian. Esa misma noche, con todos los miembros presentes, fundó el Gen'ei Ryodan.

Su primera misión consistió en liberar a sus padres de la prisión por la fuerza y los ubicó en un lugar seguro, para que pudieran pasar sus años en paz y con la vida resuelta.

Con el paso de los años, mientras la Araña seguía creciendo, reclutó a Viktor y, después de su muerte, a su sucesor Benedictus.